La racha de este Sevilla lejos de Nervión es abrumadora, terrible, increíble. Como quieran, pero si un equipo quiere aspirar a entrar en competición europea la próxima temporada no puede sumar a domicilio solamente 7 puntitos de 42 disputados, nada más que un 16%. No.
En el Sánchez-Pizjuán los números son muy buenos, donde sólo hemos perdido 3 partidos. De nada sirve si fuera de casa sólo logras un triunfo en 14 encuentros. Sólo 1, repito. Y 9 derrotas. Con tanta irregularidad, imposible.
Este Mallorca no ganaba en su feudo desde la jornada 3. El Sevilla, además, no perdía allí desde el año 1999. Ambas rachas, cortadas. Volvemos a resucitar a un equipo 'muerto'. No es nada nuevo.
Emery sacó un once con el regreso de Navarro y Botía al lateral y centro de la zaga, y con un Alberto Moreno en banda izquierda. Beto; Coke, Fazio, Botía, Navarro; Medel, Kondogbia; Navas, Rakitic, Alberto Moreno; Negredo.
Foto: sevillafc.es
El técnico está buscando soluciones para que no se note demasiado la marcha de Spahic. El bosnio se marchó en medio de una concentración en El Rompido y ha dejado a la defensa trastocada. Botía volvió a hacer de las suyas e incluso Navarro, que suele hacerlo bien ahí, falló en demasía. Y esta es la clave de un equipo: la defensa. Por ahí se empieza. Algo que, a día de hoy, parece no tener este Sevilla.
En la primera ocasión del Mallorca llegó el 1-0. Falta botada por Giovani que despeja Beto con un paradón a la escuadra, pero su despeje lo recibe Alfaro, sólo como la una, para empujarla a placer. Ningún jugador cubrió al exsevillista. Y marcó, claro.
Dominó y dominó nuestro equipo. Tanto, que la posesión llegó a ser de 29%-71% a favor, pero nuevamente se demostró que esa estadística es engañosa, el resultado era el que era.
Negredo tuvo la suya a centro de Rakitic, pero no alcanzó a la pelota por milímetros; mientras que Beto sacó con los pies un nuevo remate de Alfaro. Ese dominio del Sevilla no se tradujo en peligro, en llegadas ni en claras oportunidades, no se asustó al Mallorca prácticamente en todo el primer tiempo, y con el 1-0 llegó el descanso.
El segundo dio comienzo con dos acciones que pudieron matar el partido. Una, un disparo potentísimo desde fuera del área de Pep Martí que se estrelló en la madera (si llega a entrar era un golazo). Y la segunda, un auténtico paradón de Beto al remate en plancha de Giovani. Ahí el portugués nos dio la vida, el seguir vivos en el partido, pues un segundo tanto habría sido ya casi definitivo.
Cuando parecía que sumar era una quimera, Rakitic asistió (nueva asistencia, la octaba en Liga) a Negredo y puso el empate en el luminoso. Un gol que lo convierte, a día de hoy, en el máximo goleador nacional con 14 tantos en competición liguera (20 con los 6 de Copa).
Foto: sevillafc.es
La alegría duró poco, muy poco. La sonrisa se borró de la cara cuando llegó el 2-1 a los 4 minutos del empate. Un gol muy similar al primero: nuevo rechace (este del palo y no de Beto) y gol del mismo, de Alfaro, que no hacía un doblete desde 2010, cuando en aquellos tiempos militaba en el Sevilla. Alfaro, de nuevo, sólo para rematar.
Los tres hombres que introdujo Emery poco hicieron. Reyes, Cicinho y Babá. Volvió a disputar de minutos el delantero pero sólo lo pudimos ver deambulando por el campo y rematando tres veces de cabeza de mala manera. Poco, por no decir nada, ha demostrado el senegalés aquí en los minutos que ha tenido.
Cicinho vio la quinta amarilla en los últimos instantes y se perderá el próximo encuentro. El Mallorca acabó con 10 el partido por doble amonestación a Javi Márquez cuando ya estábamos en el descuento.
El Sevilla que he visto hoy, a mí, me ha recordado en varias ocasiones al de Míchel. Se volvió a reflejar a un equipo poco rocoso a domicilio, con una defensa muy débil y con escasa referencia en ataque.
Foto: sevillafc.es
El dato es claro: en casa somos 4º, y fuera de ella somos 18º. Una media de ambas cosas hacen que seamos ahora mismo 11º con 35 puntos, los mismos con los que viajamos a Mallorca y ahora nos venimos de vuelta. Europa, suponiendo que el 8º entra, queda a 6 puntos cuando aún no finalizó la jornada.
El siguiente partido será en casa a una buena hora: el domingo a las 17h frente al Zaragoza. Otra final. Suena repetitivo, pero así es.
De todas formas, como la maldita racha fuera de casa continúe es matemáticamente imposible entrar en Europa.
A día de hoy, no lo merecemos.
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