Hace tan solo seis días recordábamos la noche mágica de Eindhoven y hoy, 16 de mayo, toca recordar otra de las finales del año 2007 que vivimos en aquella época dorada del Sevilla FC, la de Glasgow.
Hoy se cumplen seis años de la final de la Copa de la UEFA ante el Espanyol de la que salimos vencedores después de haber sufrido lo más grande. Un 2-2 reflejaba el marcador tras los 90 minutos y la prórroga, y un 1-3 en esa eterna tanda de penaltis en la que sólo uno fue protagonista.
Andrés Palop, Dani Alves, Javi Navarro, Ivica Dragutinovic, Antonio Puerta, Pep Martí, 'Enzo' Maresca, Christian Poulsen, Adriano Correia, Luis Fabiano, Frédéric Kanouté; Jesús Navas, Kerzhakov y Renato Dirnei. En el banquillo, claro, Juande Ramos.
Adriano hizo el 0-1 y Kanouté el 1-2 en la prórroga, pero Jônatas volvió a poner las tablas y nos fuimos a la tanda de penaltis.
Entonces apareció el protagonista que ya hizo presencia en más de una ocasión durante toda la final, Andrés Palop Cervera, que paró tres de los cuatro penaltis lanzados por el Espanyol. Mientras, Kanouté, Drago y Puerta marcaban los suyos. El Sevilla se puso 1-3 y Torrejón se disponía a disparar. Si lo fallaba éramos campeones. Palop, bajo palos, adivinó la trayectoria del balón. Se paró el tiempo. Lo tocó. Lo había parado. Volvíamos a ganar la UEFA por segunda vez consecutiva. La carrera de Andrés tras detener la pena máxima quedará grabada para siempre en la mente de todos los sevillistas. No había quien lo cogiera.
Otro momento mágico.
Otro momento inolvidable.
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