Una basura de Liga.

Día tras día, semana tras semana se demuestra lo patética, lo irreal y lo vergonzosa que es esta Liga, la española.

Lo último, el caso de un tal Diego Costa, todo un 'Santo'. O eso es lo que la prensa y compañía nos quieren hacer entender.

Lo que este futbolista (por llamarlo de alguna manera) hace sobre un terreno de juego cada fin de semana no es fútbol. Hace de todo, insultar, provocar, simular, incluso morder (sí, morder, en un partido ante el Madrid, no me lo invento). De todo, menos practicar el fútbol.

Pero claro, está la prensa, los Comités y el club al que pertenece y todo esto queda tapado, como si fuese el jugador más limpio del planeta. Aquí no ha pasado absolutamente nada. Diego Costa es una maravilla de jugador.

Claro, claro.

En Nervión el pasado domingo, Diego Costa vio una tarjeta amarilla por protestar (parece mentira, pero fue por eso). El árbitro, González González, muy listo, cambió el acta, y en lugar de escribir algo así como 'realizó gestos de desconformidad con una de mis decisiones', puso esto: 'Diego Da Silva Costa fue amonestado por el siguiente motivo: derribar a un contrario en la disputa del balón'. Totalmente falso. Mentira.

Este tipo simuló que sufría un cabezazo de Cala, un cabezazo de nunca, jamás existió. Es hasta gracioso. Esa jugada debía resolverse de una manera: amarilla para Cala, y amarilla para Costa y, como ya tenía una, se debió ir a la calle. Pero no. González González le perdonó la expulsión, como tantas otras veces han hecho los colegiados en partidos atrás.

Total, que Diego Costa salió del campo sustituido, le negó el saludo a Cala, se encaró con el público, le hizo un gesto a la grada (se tocó sus partes) y reventó una botella de agua con el suelo. Y con una amarilla, cuyo motivo iba a ser modificado más tarde en el acta por una razón: que el Atlético recurriese para que este pudiera jugar el derbi ante el Madrid. 

Dicho y hecho. Hace dos días, el club madrileño recurrió al Comité de Competición para que le quitasen esa tarjeta. Ya parecía insólito, pero más lo ha sido cuando esta mañana Competición se ha pronunciado: le quitan la amarilla a Diego Costa.

Yo, personalmente, lo esperaba. El día 22 lo escribí en Twitter. Estaba convencido, ya tenemos todos la experiencia de cómo funciona esta Liga adulterada.

Pues nada. Costa ya tiene vía libre para volver a campar a sus anchas en el derbi. Y si hace de las suyas, que es lo más probable, no pasará absolutamente nada. Porque a Costa sí le quitan la tarjeta, pero a Fazio, Medel y compañía no, por supuesto.

Esto que ocurre aquí no pasa en ningún sitio. Un claro ejemplo: el Liverpool multó a Luis Suárez por morder a Branislav Ivanovic durante un encuentro. El propio club castiga a uno de sus jugadores. Me parece perfecto. En España, todo lo contrario. Aquí se pide respeto para Diego Costa, protección para Diego Costa. Mientras en la Premier League (una competición en condiciones) se intenta acabar con la violencia, en España se permite, pero sólo a los de siempre.

No me cansaré de decirlo: yo no quiero a Diego Costa en mi equipo. Jamás. Aquí no se le permitiría hacer ni la mitad de lo que se le permite hacer allí. Ni 5 partidos por temporada podría jugar, pero ahora mismo lleva la camiseta que lleva, y ya está.

Así que nada, esto es lo que tenemos. Alguien debería alzar la voz contra esto para pararlo de una vez, pero tampoco se hace. 

La Liga española cada día que pasa me da más asco, y mira que es difícil.