Ni así nos ganan (3-3)

No me gusta hablar de los árbitros, que quede claro. No, porque eso no es hablar de fútbol, sino de una persona encargada de impartir justicia sobre el campo. Cosa que, esta noche, no ha hecho en absoluto.

El señor Carlos del Cerro Grande ha ascendido hace poco a Primera División. Ahora, que me digan a mí quién es el que le ha asignado a él un partido como este, un derbi sevillano. Es de tener muy pocas luces. Poquísimas. Y ha quedado demostrado. Este colegiado no tiene ni idea. Uno de los peores que he visto yo en años. Harto de que nos roben, muy harto.

Todo empezó con un entradón de Paulao sobre Negredo nada más comenzar que no fue castigado, y con los fueras de juego. No daba crédito. De Navas y de Negredo que no eran. Pero no que estaban en línea, no. Venían de atrás. Y entre el asistente y el árbitro ya empezaba el show.

En la segunda parte se le vió el plumero de una manera escandalosa. Señala un penalti inexistente de Fazio dentro del área. Hay contacto, cosas del fútbol. Si eso es pena máxima serían incontables las que se darían en cada partido. El colegiado le enseña dos veces la amarilla al argentino. No tiene ni idea. Lo pita y gol.

No acabó ahí la cosa. Enfrentamiento entre Cañas y Medel. El bético le da un manotazo y el chileno le responde de la misma manera. Solución: amarilla a Cañas y roja a Medel. ¿Por qué? O le sacas amarilla a ambos, o roja a los dos. No se podía ser más descarado. Con 10 durante unos 40 minutos, que se dice pronto.

Del Cerro Grande, además, aguantó como quiso a Amaya en el campo. Increíble que este acabara el partido y nosotros lo hiciéramos con uno menos. Un Betis muy agresivo sobre el terreno de juego, y más que se puso cuando Del Cerro Grande le daba vía libre para hacer lo que quisieran. Y ya, a la hora de señalar las faltas en contra y de aplicar la ley de la ventaja, para qué hablar.

Por todo ello, por la expulsión nuestra y no de ellos, y por el penalti injusto, Del Cerro Grande es uno de los grandes culpables del resultado cosechado en la noche de hoy. Y el que diga que no, miente.

La otra parte es de Medel. Este hombre, sinceramente, tiene un problema en la cabeza. Siempre la forma en los partidos de esta clase. Lo hizo ante el Barcelona, lo hizo en Copa ante el Atlético, y lo ha hecho hoy. Deja a su equipo con 10 (sí, es expulsión, pero a Cañas también). Algo habrá que hacer para solucionar esto. Antes, en la recta final de la primera parte, el propio Gary prácticamente le regala el gol a Pabón para que metiera el 1-3. Un gol que les daba algo que no tenían ni por asomo: vida.

Ya hablando del partido, Emery no pudo contar con Navarro (era de esperar) y colocó a Botía en su lugar (Beto; Coke, Fazio, Botía, Navarro; Medel, Kondogbia; Navas, Rakitic, Reyes; Negredo).

No pudo empezar mejor el partido. Tres goles, tres, en media hora. Como en Nervión. Rakitic por partida doble, que está que se sale, y Negredo, sumando ya 18 goles en Liga. Dos asistencias de Reyes, soberbio en los primeros 45 minutos, que fueron nuestros de principio a fin, y en los que pudieron llegar más goles, como en la llegada de Negredo que acabó en el palo.

Foto: sevillafc.es

Llegó el gol de Pabón (regalado), llegó el penalti injusto (otro gol regalado, Beto toca la pelota pero acaba entrando), llegó la expulsión de Medel y no la de Cañas... y con todo esto, que no es poco, se veía venir. Se notó una barbaridad el jugar con 10, y la segunda parte fue del otro equipo de la ciudad. Mérito, en parte, de Del Cerro Grande (amigo del educado Pepe Mel) y sus asistentes. La otra, de Medel. En el 89' llegó el 3-3 final.

Lo mejor del partido, que se sumó a domicilio, algo que no se lograba desde hacía mucho, mucho tiempo. Lo peor, que se tiró (o nos empujaron) un 0-3. A pesar de ello, un empate en un derbi jugado a domicilio yo no lo doy por malo. Claro que da rabia, pero me gusta ser positivo. Recuerdo que jugamos el pasado lunes, y el otro equipo de la ciudad tenía una semana de descanso. Hay que valorar eso.

El próximo fin de semana recibiremos al Atlético de Madrid, el domingo 21 a las 21h. No estará entonces Medel. Cañas sí jugará contra el Madrid, pero no pasa nada.

Para acabar, me gustaría hablar de dos temas. La afición y la educación. 

Primero, la afición. Que no me vengan a mí a darme lecciones de fidelidad y amor a unos colores cuando los aficionados locales ya se marchaban del estadio a la media hora, repito, ¡a la media hora!, con más de 60 minutos por delante con un 0-3 en contra. Que no me vengan con lecciones cuando se escuchaban en bastantes ocasiones mucho más a los cerca de 2.000 sevillistas desplazados. Que no me vengan con lecciones si sólo animan con el 0-0 inicial y se vienen arriba con el 2-3 y con el empate. No. Una afición, señores, es la que está ahí, siempre, pase lo que pase, en las buenas y en las malas, y no sólo cuando las cosas no marchan como se quisiera. Que no me vengan.

Segundo, la educación. El tal Pepe Mel, muy educado él, pedía precisamente eso antes del derbi, educación entre las aficiones y los equipos. Oye, pues mire usted lo que hace el educado Pepe Mel tras el 3-3. 

Peineta. ¿A quién? A los sevillistas. Ya puede decir él que no y lo que quiera. Pepe, nosotros no somos tontos. Pedías educación y tú, educado, respondes con esto. Más hipócrita no se puede ser. Este hombre demuestra día tras día como es. En rueda de prensa, por supuesto, ni siquiera dijo un simple 'perdón'. Qué va. Nosa también hizo la suya. Y doble. ¿Educación? No me hagáis reír. Estilo Betis que se llama.

 

En días como hoy, en noches como esta, se demuestran muchas cosas. Una vez más. Los que celebran el empate como si de una final se tratara, los que están cuando todo va bien, los que llegan y se van. Eso es cosa de inferiores. De eternos inferiores. 

Ni con 10 durante más de media hora ni con un penalti en contra fueron capaces de ganarnos. Ni con los árbitros a su favor. Ocho años llevan sin vencer en un derbi en su campo.

8-4 en el global. Otro año será.

Aquí grande sólo hay uno.

Y ese es el Sevilla Fútbol Club.