Segunda derrota consecutiva del Sevilla en Liga, esta vez en la Rosaleda, y nuevamente por el mismo resultado: 3-2. Bajo mi punto de vista, gran parte de culpa de esta derrota la tiene nuestro entrenador, que parecía, con el once que sacó, que tenía delante a un Madrid o a un Barcelona.
Unai Emery tiró a la basura los primeros 45 minutos con un planteamiento que a mí no me gustó nada de nada. Tres defensas, dos carrileros y de nuevo regresó Rakitic al doble pivote. ¿Por qué? Nunca entenderé el motivo de tocar lo que funciona, lo que venía funcionando partidos atrás. Al descanso nos vamos con un 1-0 en contra de penalti de Coke (claro para mí) y un primer tiempo pésimo.
El técnico vasco reaccionó dando entrada a Gameiro y Diogo y retirando a Reyes y a Coke. Se notó bastante. Tanto, que el Sevilla FC logró darle la vuelta al marcador gracias a los goles de Bacca y de Fazio, este a balón parado otra vez tras una falta muy bien lanzada por Rakitic. Pero es lo de siempre. Marcas, remontas y te metes atrás. Tampoco sé por qué. Y claro, lo normal es que te marquen a tí. Lo hizo el Málaga, y dos veces. Samuel y Duda (con error de Alberto) en la recta final pusieron el 3-2.
Eran claves los tres puntos de La Rosaleda después del tropiezo ante el Levante y más aún si vemos que ahora nos visita nada menos que el Barcelona (domingo, 21h).
Se nos escapan después de desperdiciar el primer tiempo y ser demasiado defensivos ante un Málaga que no tiene nada, que no había marcado aún este año, pero que se ha encontrado con un Sevilla muy torpe.
Unai, déjese de Champions y seamos realistas.
Que este sinvergüenza busque la permanencia o, mejor, que lo echen ya. No hay derecho de que este tipejo y los que llevan el club, incluido el londinense de los c..., se ríen de esta faficion. Dirigidos por ineptos con el apoyo de impresentables y sinvergüenzas no vamos a ningún sitio.
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