Con mucho sufrimiento para no variar, el Sevilla FC cortó una mala racha de resultados (siete partidos consecutivos sin ganar) y venció por la mínima al Rayo Vallecano gracias al tanto de Coke a pase, como no, de Iván Rakitic. Se lograron tres puntos muy importantes para no descolgarnos del séptimo puesto y eso es lo que vale al fin y al cabo. Lo demás es secundario.
Foto: sevillafc.es
No voy a hablar del insistir de Unai Emery en colocar a Nico Pareja de nuevo de central, ni del partidito del argentino.
No voy a hablar de otro mediocre partido del equipo, y en especial la primera parte, otra más tirada a la basura. No sé cuántas van ya.
No voy a hablar de que la primera oportunidad clara del Sevilla no llega hasta el minuto 54 y que solo tiramos dos veces a portería en 94 minutos.
No voy a hablar de que hemos acabado el partido pidiendo la hora, con siete defensas (Diogo, Coke, Fazio, Pareja, Navarro, Alberto y Carriço) y el 27% de posesión ante el penúltimo clasificado y teniendo delante al equipo más goleado de la presente temporada.
Tampoco voy a hablar de las ganas que tenía Delgado Ferreiro de expulsar a un jugador nuestro, Iborra en este caso, y de pitar el final antes de tiempo cuando el Sevilla salía a la contra sin portero en la meta rival.
Ni voy a hablar de la posterior rueda de prensa del técnico vasco, afirmando entre otras cosas que 'hemos jugado a ganar', como si nos tomara por tontos.
Ni voy a hablar de la posterior rueda de prensa del técnico vasco, afirmando entre otras cosas que 'hemos jugado a ganar', como si nos tomara por tontos.
Se ganó, que es lo único que vale en el fútbol. No creo que sea necesario hablar de nada más.
Foto: sevillafc.es
Aunque quizás ya me haya explayado demasiado.
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