Derrota injusta me atrevería a decir la sufrida en la noche de hoy por el Sevilla FC en el Ramón Sánchez-Pizjuán ante el Levante de Joaquín Caparrós, en un encuentro dominado casi en todo momento por los nuestros.
Unai Emery volvió al 4-4-2, con Carriço en el mediocentro, Reyes y dos delanteros: Beto; Coke, Fazio, Pareja, Navarro; Rakitic, Carriço, Reyes, Vitolo; Bacca, Gameiro. Yo, personalmente, no entendí la posición de Carriço, al que veo mejor de central, y me hubiese gustado ver ahí a Iborra, cuyo papel está siendo bastante bueno últimamente.
De la primera parte, los primeros 27 minutos del Sevilla FC fueron realmente buenos, me gustaron, y es que los nuestros realizaron lo que yo llamo un juego perfecto: dominio, llegadas, oportunidades y gol. Este llegó de las botas de Coke en el 24', golazo del lateral derecho desde fuera del área, la pelota da en el palo y acaba dentro.
En una de las aisladas llegadas del Levante vino el claro penalti de Fazio dentro del área y el empate de Barral, antes de alcanzar la media hora de juego. A partir de ahí el equipo intentó reaccionar y volver a ponerse por delante, pero el 1-1 sería el resultado al descanso.
Tras la reanudación el Sevilla salió decidido a marcar el segundo pero tardó, gracias a un espectacular Keylor Navas, que realizó paradas de todas clases. Más que errores nuestros, fueron aciertos del portero granota. Rakitic mandó un penalti al palo y a la siguiente jugada logró el merecido 2-1 después de cuatro o cinco oportunidades clamorosas. Sin embargo, volvió a ocurrir lo mismo que en el primer tiempo, a los dos minutos empata el Levante a la salida de un córner. Y si mazazo fue el 2-2, más lo sería el 2-3 final, nuevamente tras un saque de esquina. Incomprensible que un partido como este, con la de ocasiones que has tenido y después de dominarlo, lo acabes perdiendo. Al final cada equipo terminó con diez hombres: rojas a Nicos y a Jairo.
La próxima cita tendrá lugar en La Rosaleda, de nuevo un sábado a las 22h de la noche.
Creo que la derrota es más culpa de la poca solidez defensiva que la falta de acierto arriba ante un Keylor Navas brutal. No podemos permitirnos encajar tres goles en cuatro o cinco tiros a portería del rival.
Esto pasa a veces, y no queda otra que seguir adelante. La jornada estaba bien para no fallar.
No pudo ser.
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