No está nada mal el resultado que ha conseguido nuestro Sevilla esta noche en la ida de los play-offs de la Europa League ante el Slask Wroclaw, aunque quizás el que no viese el partido estará pensando que ha sido un encuentro fácil. Todo lo contrario.
Y el principal motivo de ello ha sido la defensa, esa defensa que ya nos dio problemas el pasado domingo ante el Atlético de Madrid y que hoy nuevamente ha vuelto a hacer de las suyas. Emery colocó a Navarro junto a Fazio en el centro de la zaga tras la lesión de Pareja, y Figueiras en el lateral derecho por Coke (el once completo, con novedades: Beto; Figueiras, Fazio, Navarro, Alberto; Kondogbia, Rakitic; Rabello, Marin, Jairo; Gameiro). Tanto Fede, Fernando y Diogo sufrieron atrás y tuvieron pérdidas que pudieron costar muy caro si no llega a ser por Beto. El portugués nos salvó, mínimo, de dos goles más. Ya cuando Paixao, a centro de Sobota, hace el 0-1 al cuarto de hora, Diogo retrasa la pelota para nuestro portero, se queda corto el pase y el rival dispara a portería. Dos veces tuvo que lucirse Beto. Vi el segundo en el marcador. Hace falta fichar un central más. Dos a lo sumo.
El partido empezó peor que mal, pues a parte del primer gol encajado, Kondogbia tuvo que retirarse y en su lugar entró Iborra antes del minuto 20. Dolores estomacales dicen que tiene el francés. Es la segunda vez. Yo, lo siento, pero ya no me creo nada. No sé si se acabará marchando o no, lo que sí sé es que si no quiere jugar aquí, que no lo haga, que se marche. Los que estén aquí que sea para darlo todo. Insisto, a mí este caso no me huele bien.
Sobrepasada la media hora, una falta en el lateral del área grande la iba a botar Iván Rakitic. El croata lanzó y el cuero se metió directamente en la portería rival. 1-1. Parecía mentira que ese fuese el marcador, pues el Sevilla, aunque en defensa dejó muchísimo que desear, arriba los hombres de ataque se entendieron bien y disfrutamos de ocasiones más que suficientes como para ir ganando de dos y de tres. Antes del descanso el Slask volvió a dar el susto, pero Beto estuvo ahí.
Foto: sevillafc.es
A lo largo del segundo tiempo, Unai Emery fue introduciendo los dos cambios que le quedaban, y decidió meter a Bacca en lugar de Jairo (para jugar con dos delanteros), y Perotti en detrimento de Rabello, despedido entre aplausos tras un partido muy correcto.
En el 60' hubo una circunstancia que posiblemente decantara el resto de choque. Dudú fue expulsado por derribo evidente a Jairo cuando este entraba en zona de peligro. A partir de ahí el Sevilla fue controlando el partido cada vez más, y con ello llegaron los goles restantes. Solo siete minutos después de la expulsión, Marko Marin se planta dentro del área y con el exterior de la bota sobrepasa al defensa y al guardamenta para subir el 2-1 al luminoso. Golazo. Y se reservaría lo mejor para el final.
Nos pusimos por delante y había que buscar el tercero. Con insistencia se consiguió: saque de esquina puesto en juego por Rakitic, balón para Iborra y centro de este a la cabeza de Gameiro, quién se estrenó con la camiseta sevillista. 3-1. Ya en la recta final, nuevo golazo del alemán Marin: entra en el área, mano a mano, se va del portero y define a puerta vacía. 4-1. El mejor del partido sin lugar a dudas. Lástima que venga cedido sin opción de compra.
Foto: sevillafc.es
A pesar del triunfo no me quiero olvidar de tres errores arbitrales graves que ocurrieron esta noche: dos fueras de juego inexistentes de Jairo (y se quedaba solo), y otra expulsión perdonada a Plaku por agresión a Diogo Figueiras. Afortunadamente el resultado final no nos hace recordar esto.
La próxima cita será este domingo a las 21h a domicilio ante el Levante, la segunda jornada liguera.
En definitiva, mal la defensa, bien la delantera, genial Marko Marin y eliminatoria encarrilada, casi sentenciada.
Y digo casi. Yo no me fío.
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