La ciudad.
Friburgo, cuyo nombre oficial es Friburgo de Brisgovia, es la cuarta ciudad más grande de la región teutona de Baden-Württemberg con 220.000 habitantes, donde también se encuentran otras ciudades importantes y de gran tradición futbolera como Stuttgart o Karlsruhe. No obstante, su enclave en el país bávaro hace que se encuentre mucho más cerca de ciudades suizas de gran importancia como Zürich o Basilea. Situada al sur del país y fundada a principios del siglo XII, la ciudad es uno de los grandes atractivos turísticos de Alemania, siendo su Catedral, de estilo gótico, el edificio más importante. Además, como viene siendo habitual por la zona, la cultura musical es muy activa, por lo que se puede considerar a la ciudad como lugar de nacimiento y formación de grandes orquestas de jazz o música clásica.
Sin embargo, no todo es arquitectura y música en esta ciudad germana, y es que hace unos años que la fiebre del fútbol ha despertado con gran intensidad en este lugar. El Friburgo siempre fue un equipo que deambulaba entre la Primera y Segunda División del fútbol de su país hasta que en la temporada 08/09 consiguieron alzarse con el título de campeón de la 2.Bundesliga (y por lo tanto, el ascenso directo) y decidieron asentarse en la máxima categoría del fútbol alemán. El equipo dio buenas sensaciones en sus primeras dos temporadas tras el ascenso en Bundesliga, con un Papiss Cissé estelar y que se erigió como uno de los mejores goleadores de Europa. La marcha del senegalés al Newcastle hizo que el equipo notase un poco su marcha, pero Christian Streich, que entró como entrenador del equipo en diciembre de 2011, tenía algo muy bueno en mente para la temporada 2012/2013.
La temporada pasada.
Un juego muy dinámico y atractivo acompañado del físico adecuado llevó a este modesto conjunto alemán a ser una de las grandes revelaciones de la pasada Bundesliga junto al Eintracht de Frankfurt. El equipo fue quinto y consiguió así su clasificación directa para la presente edición de la UEFA Europa League. Su máxima figura fue el alemán Max Kruse, delantero muy hábil y móvil que consiguió anotar 11 goles en los 34 partidos de Liga que disputó y que esta temporada se ha marchado traspasado por 2,5 millones de euros al Borussia Mönchengladbach.
Friburgo, cuyo nombre oficial es Friburgo de Brisgovia, es la cuarta ciudad más grande de la región teutona de Baden-Württemberg con 220.000 habitantes, donde también se encuentran otras ciudades importantes y de gran tradición futbolera como Stuttgart o Karlsruhe. No obstante, su enclave en el país bávaro hace que se encuentre mucho más cerca de ciudades suizas de gran importancia como Zürich o Basilea. Situada al sur del país y fundada a principios del siglo XII, la ciudad es uno de los grandes atractivos turísticos de Alemania, siendo su Catedral, de estilo gótico, el edificio más importante. Además, como viene siendo habitual por la zona, la cultura musical es muy activa, por lo que se puede considerar a la ciudad como lugar de nacimiento y formación de grandes orquestas de jazz o música clásica.
Sin embargo, no todo es arquitectura y música en esta ciudad germana, y es que hace unos años que la fiebre del fútbol ha despertado con gran intensidad en este lugar. El Friburgo siempre fue un equipo que deambulaba entre la Primera y Segunda División del fútbol de su país hasta que en la temporada 08/09 consiguieron alzarse con el título de campeón de la 2.Bundesliga (y por lo tanto, el ascenso directo) y decidieron asentarse en la máxima categoría del fútbol alemán. El equipo dio buenas sensaciones en sus primeras dos temporadas tras el ascenso en Bundesliga, con un Papiss Cissé estelar y que se erigió como uno de los mejores goleadores de Europa. La marcha del senegalés al Newcastle hizo que el equipo notase un poco su marcha, pero Christian Streich, que entró como entrenador del equipo en diciembre de 2011, tenía algo muy bueno en mente para la temporada 2012/2013.
La temporada pasada.
Un juego muy dinámico y atractivo acompañado del físico adecuado llevó a este modesto conjunto alemán a ser una de las grandes revelaciones de la pasada Bundesliga junto al Eintracht de Frankfurt. El equipo fue quinto y consiguió así su clasificación directa para la presente edición de la UEFA Europa League. Su máxima figura fue el alemán Max Kruse, delantero muy hábil y móvil que consiguió anotar 11 goles en los 34 partidos de Liga que disputó y que esta temporada se ha marchado traspasado por 2,5 millones de euros al Borussia Mönchengladbach.
Pero no hay tiempo para mirar atrás en Friburgo y los alemanes han seguido adelante sin su estrella aunque hayan conseguido mantener a gran parte del bloque de la temporada pasada.
El equipo.
La marcha de su estrella Kruse ha obligado a los bávaros a acertar con los fichajes y, a priori, parece que así ha sido. Los checos Vladimír Darida y Václav Pilař, ambos con pasado en el Viktoria Plzen, aportarán mucho potencial a la parcela ofensiva del equipo. El primero debutará en Alemania esta temporada tras parecer preparado para el salto a una liga de primer nivel y estar en la agenda de clubes de perfil medio-alto en Europa, mientras que el joven Václav, cedido por el Wolfsburgo, intentará relanzar su carrera y volver a ser aquella estrella que desbordaba y brillaba tan fuerte en República Checa y Europa en general, al que un día decidieron llamar 'el Messi checo' y que vio truncada su carrera tras la grave lesión de rodilla sufrida a principios de la pasada temporada. Por otra parte, el prometedor Francis Coquelin, jugador con buen toque, llega cedido procedente del Arsenal para aprender y aportar mucho a nivel defensivo. Para acabar con el apartado de fichajes, otra de la grandes incorporaciones ha sido la de Hanke, gran goleador hace un par de campañas con el Gladbach y que espera volver a recuperar ese acierto de cara a la portería que se ha visto mermado en la pasada campaña.
Aún así, quizá lo más peligroso de este equipo no sean las individualidades sino el bloque que han conseguido formar desde su último ascenso. Y es que ahora mismo son un conjunto capaz de dominar partidos pero también de ser muy rocosos en defensa gracias a la aportación del sólido Diagné en el eje de la zaga y las apariciones junto a él de Ginter o Sorg. También hay que destacar el potencial de su joven lateral noruego Hedenstad. Todo este potencial en defensa queda escoltado por la gran estrella del equipo tras la marcha de Kruse, el joven guardameta canterano Oliver Baumann, perteneciente a la gran generación de porteros que se está generando en el fútbol bávaro junto a Neuer, Adler, Ter-Stegen, Leno o Zieler y que cada año sorprende más a todos con su liderazgo, sus reflejos y sus grandes estiradas.
Por todo esto, el equipo alemán se postula como firme candidato a pelear por el grupo H junto al Sevilla FC siempre que cumpla lo que se espera de él, es decir, que se muestre muy sólido en casa y que juegue con atrevimiento y alegría lejos de su feudo.
Escrito por: @Antamavil
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